Big Wally aplique lamp designed by Miguel Mila. Manufactured by Tramo (Spain), circa 1962. Metal structure and plastic shade. In good original condition, with minor wear consistent with age and use, preserving a beautiful patina. Miguel Milá represents like no other person Spanish contemporary design. He belongs to the Pioneer's generation of the 1950s and has seen how many of his pieces of furniture and lamps have become real classics. Miguel Milá was born in a Catalan aristocratic family with strong links with the artistic world (his ancestors assigned the Milá House, also known as La Pedrera, to Gaudí) and started working as an interior designer in the architecture studio of his brother Alfonso Milá and Federico Correa. It was the end of the 1950s, a time of crisis when Spain hardly knew what Industrial Design was. There was practically no industry, everything was generally handmade. This framework marked the way Miguel Milá understood design, being sensitive to the pleasure of touching and closer to traditional techniques. Despite the shortage of objects, means and raw materials of the time, Miguel Milá started designing lamps and furniture, that he soon manufactured in his own company, Tramo. Miguel Milá set up this company with two friends, architects F. Ribas Barangé and E. Pérez Ullibari. This is how Miguel Milá got involved with Industrial Design. Out of Tramo, apocopation of Trabajos molestos (annoying works, that is, all the things little brothers have to do), many projects came out. For instance, he developed the previous versions of the famous TMC and TMM lamps (1958 and 1961), timeless Classic designs that are still selling nowadays. Some time after, he set up his own Industrial and interior design tudio. Miguel Milá participated with the designers and architects of that period in the first meetings in Barcelona to discuss on modernity in architecture, out of which came the question of how to promote design and implant its professional practice. These meetings culminated in the foundation of the ADI-FAD, together with Antoni de Moragas, André Ricard, Bohigas, Cirici Pellicer, Manel Cases and Rafael Marquina. From its beginnings, this association sought to foster Spanish design abroad and to make a connection between young Spanish professionals and international design. "I am in reality a pre-Industrial designer- has Milá stated. I feel more comfortable with the technical procedures that allow correcting failures, experimenting during the process, and controlling it to the maximum. That is where my preference for noble materials comes from, the preference for materials that know how to age." This is the case, among others, of the wooden Cesta lamps (1964), the reed Manila lamp (1961); the M68 lamp, made out of aluminium (1968) or the lamp series Americana with natural linen shades. After a period of silence that coincided with the crazy postmodern 1980s, during which he focused on designing interior spaces and exhibitions, he took up his Industrial designing projects again, with a more modern and rationalist language, and applied it to urban design. The Neoromántico bench (1995) is a clear example of this, being a bench that in a few year has become usual in urban sceneries. To this first bench have followed the Neoromántico pata liviana (2000) and the Neoromántico aluminio pata liviana (2002). Miguel Milá has come to be a Classic figure in design. In fact, he almost represents the history of Catalan modern design. His work has focused on bringing tradition up to date: many of his products have overcome the circumstances under which they were made, and are still selling nowadays, "thanks to having been born at a time when rigor and honesty were high values", states Milá. In 1987, he was awarded with the Premio Nacional de Diseño and in 2008 reward the Compasso d'Oro in recognition of his career history and his contribution to the promotion of Spanish design.
Wear consistent with age and use.
Lámpara de aplique Big Wally diseñada por Miguel Mila. Fabricada por Tramo (España), hacia 1962. Estructura metálica y pantalla de plástico. En buen estado original, con pequeños desgastes propios de la edad y el uso, conservando una bonita pátina. Miguel Milá representa como nadie el diseño contemporáneo español. Pertenece a la generación de los pioneros de los años 50 y ha visto como muchos de sus muebles y lámparas se han convertido en auténticos clásicos. Miguel Milá nació en el seno de una familia aristocrática catalana muy vinculada al mundo artístico (sus antepasados cedieron la Casa Milá, también conocida como La Pedrera, a Gaudí) y comenzó a trabajar como interiorista en el estudio de arquitectura de su hermano Alfonso Milá y Federico Correa. Era el final de los años 50, una época de crisis en la que en España apenas se sabía lo que era el Diseño Industrial. Prácticamente no había industria, todo era generalmente artesanal. Este marco marcó la forma en que Miguel Milá entendía el diseño, siendo sensible al placer de tocar y más cercano a las técnicas tradicionales. A pesar de la escasez de objetos, medios y materias primas de la época, Miguel Milá comenzó a diseñar lámparas y muebles, que pronto fabricó en su propia empresa, Tramo. Miguel Milá creó esta empresa con dos amigos, los arquitectos F. Ribas Barangé y E. Pérez Ullibari. Así es como Miguel Milá se involucró en el diseño industrial. De Tramo, apócope de Trabajos molestos, es decir, todo lo que tienen que hacer los hermanos pequeños, salieron muchos proyectos. Por ejemplo, desarrolló las versiones anteriores de las famosas lámparas TMC y TMM (1958 y 1961), diseños clásicos e intemporales que se siguen vendiendo en la actualidad. Tiempo después, creó su propio estudio de diseño industrial y de interiores. Miguel Milá participó con los diseñadores y arquitectos de la época en las primeras reuniones en Barcelona para debatir sobre la modernidad en la arquitectura, de las que surgió la cuestión de cómo promover el diseño e implantar su práctica profesional. Estas reuniones culminaron con la fundación de la ADI-FAD, junto con Antoni de Moragas, André Ricard, Bohigas, Cirici Pellicer, Manel Cases y Rafael Marquina. Desde sus inicios, esta asociación pretendía fomentar el diseño español en el extranjero y establecer una conexión entre los jóvenes profesionales españoles y el diseño internacional. "En realidad soy un diseñador preindustrial -ha afirmado Milá-. Me siento más cómoda con los procedimientos técnicos que permiten corregir fallos, experimentar durante el proceso y controlarlo al máximo. De ahí viene mi preferencia por los materiales nobles, la preferencia por los materiales que saben envejecer" Es el caso, entre otras, de las lámparas Cesta de madera (1964), la lámpara Manila de caña (1961); la lámpara M68, de aluminio (1968) o la serie de lámparas Americana con pantallas de lino natural. Tras un periodo de silencio que coincidió con los locos años ochenta posmodernos, en los que se centró en el diseño de espacios interiores y exposiciones, retomó sus proyectos de diseño industrial, con un lenguaje más moderno y racionalista, y lo aplicó al diseño urbano. El banco Neoromántico (1995) es un claro ejemplo de ello, siendo un banco que en pocos años se ha convertido en habitual en los escenarios urbanos. A este primer banco han seguido el Neoromántico pata liviana (2000) y el Neoromántico aluminio pata liviana (2002). Miguel Milá ha llegado a ser una figura clásica del diseño. De hecho, casi representa la historia del diseño moderno catalán. Su trabajo se ha centrado en actualizar la tradición: muchos de sus productos han superado las circunstancias en las que se hicieron, y se siguen vendiendo hoy en día, "gracias a haber nacido en una época en la que el rigor y la honestidad eran altos valores", afirma Milá. En 1987 recibió el Premio Nacional de Diseño y en 2008 el Compasso d'Oro en reconocimiento a su trayectoria y a su contribución a la promoción del diseño español.
Desgaste propio de la edad y el uso.
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