BB Coyle's Space Age Picks


To Paulin & Back

¿Quién no se tienta de vez en cuando con la glamorosa tranquilidad del siglo pasado? Elegante y sensual, un poco snob, pero sólo la cantidad correcta. Con copas de champán y amantes dandy, la gente se maravilló de las infinitas extensiones de espacio por los viajes interestelares desde la década de 1960. Las nuevas tecnologías brindaron un auge económico y dejaron su huella en las personas: nos entusiasmamos, si no es que estuvimos completamente fascinados, con la era espacial que ahora amanecía sobre nosotros y se estaba infiltrando en todos los tramos de la vida con su distinción elegante.




La era espacial en particular es una época cuyo atractivo es tan misterioso como el propio cosmos. La sociedad está cambiando desde mediados del siglo XX: la niña buena da paso a la mujer segura de sí misma. ¡Sexy es lo nuevo sexy! La vida finalmente se dirige hacia afuera: formas redondas, orgánicas y fluidas encarnan el progreso constante y traducen las infinitas posibilidades en objetos reales. Finalmente, el diseño está a punto de explorar el espacio expandiendo constantemente los límites de la representación. Se juega con la fascinación de la gravedad y aprovecha nuevas oportunidades. Los plásticos se moldean en formas redondas. Los metales crean brillo. Las personas se envuelven a sí mismas y al espacio que las rodea en elegantes tonos que van desde el blanco o el marrón hasta el negro noble, y en el medio un poco de acentos estridentes.

La era espacial está dando lugar a un estilo caracterizado por la forma de nuestro propio futuro, de colores y materiales nunca antes utilizados. Y de repente, el diseño de interiores es mucho más que unir objetos individuales. La observación del espacio
cercano se fusiona con la exploración del espacio distante para suscitar el medio perfecto para la experimentación: el hogar del futuro.

Muchos nombres representan la era espacial: como Joe Colombo, el diseñador industrial italiano con sus atrevidos carritos de plástico o su soñadora silla Elda. O Geoffrey Harcourt, cuya Cleopatra Chaise te invita a soñar sin miedo. Sin embargo, indiscutiblemente uno de los más influyentes entre todos los diseñadores de la era espacial fue Pierre Paulin. Sobre todo, las sillas de formas orgánicas con las que Paulin dio forma decisiva al estilo y creó un nicho. Modelos como Mushroom Chair, Ribbon Chair o Tongue Chair han conquistado el mundo de los interiores. Tapizados con una goma porosa y cubiertos con material elástico, se adaptan perfectamente a las formas estéticamente curvas y crean una maravillosa sensación de ingravidez, la cual todos necesitamos, en particular, en el mundo agitado de hoy.

La colección To Paulin & Back rinde homenaje a mi diseñador favorito de todos los tiempos. Habla precisamente de esta imperecedera ingravidez, cuya estética no ha perdido su atractivo hasta el día de hoy. El diseño es la única prueba de atemporalidad: es capaz de superar los límites del mundo material. Espera una colección atemporal de hermosas piezas que se asemejan a un viaje, no solo para nuestros ojos, sino para todos nuestros sentidos. Todos al mismo tiempo.

BB Coyle


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