Space-age chandelier in chrome and lacquered steel from the 70s. with circular shape and measures 100 cm in height and 73 cm in diameter. The chandelier is in good condition with small wear and tear caused by both years and use. coloured plastics and reflective metals dominate the scene for a futuristic glance. Shapes also play a key role in creating an incredible and elegant air in its own way. For example, the corners of the furniture soften in soft and sinuous lines that it is impossible to resist. In addition to the rounded edges, the protagonist of the Space Age design is the spherical shape. with a little attention you won't struggle to notice it everywhere: chandeliers, tables, armchairs, mirrors and even entrances and gaps in the walls remember its appearance. The impulse comes once again from the scientific achievements realised during the space race, where the atom becomes a recurring inspiration – as is the case with the Atomium, now a symbolic monument of Brussels. It is no coincidence that the first satellite launched into orbit, the Sputnik, recalls its appearance and is taken as a model to create the most iconic pieces of furniture. As an alternative to tubular lines it is not unusual to use angular shapes that recall the details of spaceships, rockets and especially stylised stars.
Araña de la era espacial en cromo y acero lacado de los años 70. con forma circular y mide 100 cm de altura y 73 cm de diámetro. La lámpara de araña está en buen estado con pequeños desgastes causados por los años y el uso. plásticos de colores y metales reflectantes dominan la escena para una mirada futurista. Las formas también desempeñan un papel clave para crear un aire increíble y elegante a su manera. Por ejemplo, las esquinas de los muebles se suavizan en líneas suaves y sinuosas a las que es imposible resistirse. Además de los bordes redondeados, la protagonista del diseño Space Age es la forma esférica. Con un poco de atención no te costará notarla en todas partes: lámparas, mesas, sillones, espejos e incluso entradas y huecos en las paredes recuerdan su aparición. El impulso viene una vez más de los logros científicos alcanzados durante la carrera espacial, en la que el átomo se convierte en inspiración recurrente, como es el caso del Atomium, hoy monumento simbólico de Bruselas. No en vano, el primer satélite puesto en órbita, el Sputnik, recuerda su aspecto y se toma como modelo para crear las piezas de mobiliario más icónicas. Como alternativa a las líneas tubulares, no es raro utilizar formas angulosas que recuerdan los detalles de naves espaciales, cohetes y, sobre todo, estrellas estilizadas.
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