This rare sideboard was made in Scandinavia during the 1960s. It is finished with birch wood with a strong and irregular grain and a characteristic earthy color, where browns and grays merge in contrasts of varying intensity. This sideboard has two cabinets with shelves. In the middle there is a vertically opening bar-cabinet. The wooden, long handles are made of teak and emphasize the strong design of the furniture. The base is made of wooden legs with a rounded finish. The piece of furniture is handmade, with attention to every detail. This is an example of a craft work, probably created as a custom design. A detail that proves no mass production is, for example, a cutout in a shelf through which a barge hinge passes. To close it, you must slightly lift the hinge upwards. The brutal, raw form of the sideboard is combined with the modernist style of the base, which gives the design a lightness. Elements made of natural wood in a thoughtful and sustainable way tame heavy aesthetics. Noteworthy is also the edge, which is a contradiction to the popular method of furniture design. In this design, the edge extends beyond the frame of the furniture, facing the outside. This feature proves the high craftsmanship skills of the contractor, intelligence in the selection of materials and the no sterile thinking of the designer.
This sideboard has been restored and is in mint vintage condition.
Este raro aparador se fabricó en Escandinavia durante la década de 1960. Tiene un acabado en madera de abedul con una veta fuerte e irregular y un característico color terroso, donde los marrones y los grises se funden en contrastes de distinta intensidad. Este aparador tiene dos armarios con estantes. En el centro hay un mueble-bar de apertura vertical. Los largos tiradores de madera son de teca y acentúan el fuerte diseño del mueble. La base está formada por patas de madera con acabado redondeado. El mueble está hecho a mano, con atención a cada detalle. Se trata de un ejemplo de trabajo artesanal, probablemente creado como un diseño a medida. Un detalle que demuestra que no se trata de una producción en serie es, por ejemplo, un recorte en un estante por el que pasa una bisagra de barcaza. Para cerrarla, hay que levantar ligeramente la bisagra hacia arriba. La forma brutal y cruda del aparador se combina con el estilo modernista de la base, que aporta ligereza al diseño. Los elementos fabricados con madera natural de forma reflexiva y sostenible matizan la estética pesada. Destaca también el borde, que es una contradicción con el método popular de diseño de muebles. En este diseño, el borde se extiende más allá del marco del mueble, hacia el exterior. Esta característica demuestra la gran habilidad artesanal del contratista, la inteligencia en la selección de materiales y el pensamiento no estéril del diseñador.
Este aparador ha sido restaurado y está en perfecto estado de conservación.
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