Rectangular mirror-engraved Murano glass serving tray. This wonderful piece was produced in Italy during 1940s by the master Murano glass-maker Ercole Barovier. This wonderful item is a peculiar Venetian vintage tray with a mirror base and silver metal handles. The mirror has romantic Venetian characters and a picturesque countryside landscape. Entrepreneur and designer Ercole Barovier was the son of Benvenuto Barovier. At age 30 he became a partner in his father's company, the Vetreria Artistica Barovier & C. After becoming its artistic director in 1926, he took over its management with his brother Nicol˜. He became sole proprietor in 1936, engineering the fusion between his own glass workshop and the S.A.I.A.R. Ferro-Toso. In 1942, the new company was renamed Barovier & Toso. Ercole maintained the artistic direction of the new company until 1972. Over the course of his 50-year activity, he invented numerous decorative techniques which contributed significantly to the renovation of art glass. Already in the 1920s, he obtained great success, first with the murrine vessels, then with totally original creations such as the primavera glass collection (1929-30). From the beginning of the Thirties, he dedicated himself entirely to experimenting with new multicolored effects, in particular, he perfected the colorazione a caldo senza fusione technique which he first used in 1935-1936 to create the series Crepuscolo, Autunno Gemmato, Marina Gemmata and Laguna Gemmata. Before World War II he preferred soft shapes and rather thick materials, whereas in the post-war period his interest turned specifically to the field of traditional techniques, which he continued to re-interpret through his very last creations with the series a tessere in 1972. In the 1950s, his work distinguished itself both for the vivid quality of its colors as well as for the singularity of the materials which were noted for the roughness of their surfaces like the Barbarici which sometimes were modelled in Primitive forms like the Eugenei and Aborigeni. During the 1960s and 1960s, he gave new interpretations of his a tessere glass with the Dorici, Caccia, Rotellati and other series which were characterized by unusual color combinations.
Bandeja rectangular de cristal de Murano grabada en espejo para servir. Esta maravillosa pieza fue producida en Italia durante la década de 1940 por el maestro vidriero de Murano Ercole Barovier. Este maravilloso artículo es una peculiar bandeja veneciana de época con base de espejo y asas de metal plateado. El espejo tiene románticos personajes venecianos y un pintoresco paisaje campestre. El empresario y diseñador Ercole Barovier era hijo de Benvenuto Barovier. A los 30 años se convirtió en socio de la empresa de su padre, la Vetreria Artistica Barovier & C. Tras convertirse en su director artístico en 1926, asumió su gestión con su hermano Nicol˜. En 1936 se convirtió en el único propietario, ideando la fusión entre su propio taller de vidrio y la S.A.I.A.R. Ferro-Toso. En 1942, la nueva empresa pasó a llamarse Barovier & Toso. Ercole mantuvo la dirección artística de la nueva empresa hasta 1972. A lo largo de sus 50 años de actividad, inventó numerosas técnicas decorativas que contribuyeron significativamente a la renovación del vidrio artístico. Ya en la década de 1920, obtuvo un gran éxito, primero con los recipientes de murrina, y luego con creaciones totalmente originales, como la colección de vidrio primavera (1929-30). Desde principios de los años treinta, se dedicó por completo a experimentar con nuevos efectos multicolores, en particular, perfeccionó la técnica de colorazione a caldo senza fusione que utilizó por primera vez en 1935-1936 para crear las series Crepuscolo, Autunno Gemmato, Marina Gemmata y Laguna Gemmata. Antes de la Segunda Guerra Mundial prefería las formas suaves y los materiales más bien gruesos, mientras que en la posguerra su interés se dirigió específicamente al campo de las técnicas tradicionales, que siguió reinterpretando hasta sus últimas creaciones con la serie a tessere en 1972. En los años 50, su obra se distingue tanto por la vivacidad de sus colores como por la singularidad de los materiales, que destacan por la rugosidad de sus superficies, como los Barbarici, que a veces se modelan con formas primitivas, como los Eugenei y los Aborigeni. En los años 60 y siguientes, dio nuevas interpretaciones a su vidrio a tessere con los Dorici, Caccia, Rotellati y otras series que se caracterizaban por sus inusuales combinaciones de colores.
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