On 4 October 1957, history changed forever when the Soviet Union launched Sputnik I, the very first artificial satellite, into space. The success of the launch caused great surprise, as much for the public as for the experts. The technical difficulty of the launch itself prevented any hope of success on the part of the Soviet Union, who were believed to be far behind the United States in the technological stakes. A true source of trauma for the Americans, the metallic sphere the size of a beach ball (58cm in diameter) began a frantic race between the USA and the USSR for the conquest of space.
A steel and aluminum structure, the Sputnik chair theoretically insists on the simplicity of its conception, materials, and inspiration. Over the course of its development, the Soviet archives on the OKB-1 were an object of study, along with technical points such as how to honour the exact dimensions of the satellite, so that its reincarnation as a seat and functional chair could meticulously respect the dimensions of the source. However, the Sputnik chair is no less complex as a triumph of smelting and an assembly of steel and aluminum. The different melting points of the composite materials require highly technical brazing, chemically-set sandblasting, and a polyurethane process, guaranteeing a faithful reproduction of the shapes and an immaculate appearance of the pieces.
The Sputnik chair is made from cast aluminum and stainless steel available in a brut or polished finish. It weighs 7 kg. Each piece is numbered.
El 4 de octubre de 1957, la historia cambió para siempre cuando la Unión Soviética lanzó al espacio el Sputnik I, el primer satélite artificial. El éxito del lanzamiento causó gran sorpresa, tanto para el público como para los expertos. La propia dificultad técnica del lanzamiento impedía cualquier esperanza de éxito por parte de la Unión Soviética, que se creía muy por detrás de Estados Unidos en las apuestas tecnológicas. Verdadero motivo de trauma para los norteamericanos, la esfera metálica del tamaño de una pelota de playa (58 cm de diámetro) inició una frenética carrera entre Estados Unidos y la URSS por la conquista del espacio.
Estructura de acero y aluminio, la silla Sputnik insiste teóricamente en la simplicidad de su concepción, materiales e inspiración. En el transcurso de su desarrollo, los archivos soviéticos sobre el OKB-1 fueron objeto de estudio, junto con puntos técnicos como la forma de honrar las dimensiones exactas del satélite, para que su reencarnación como asiento y silla funcional pudiera respetar meticulosamente las dimensiones de la fuente. Sin embargo, la silla del Sputnik no es menos compleja como triunfo de la fundición y el ensamblaje del acero y el aluminio. Los diferentes puntos de fusión de los materiales compuestos exigen una soldadura fuerte muy técnica, un chorro de arena químico y un proceso de poliuretano, que garantizan una reproducción fiel de las formas y un aspecto inmaculado de las piezas.
La silla Sputnik está hecha de aluminio fundido y acero inoxidable disponible en acabado brut o pulido. Tiene un peso de 7 kg. Cada pieza está numerada.
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