Two oil on canvas paintings in the Dutch School style. Each painting features an overflowing bouquet of flowers in a gadrooned vase. The original giltwood frames are decorated with beading and grooves interspaced with wide, diagonal bands, 19th century, French school, circa 1860 Dimensions with frame: L 28 in, W 1.6 in, H 35.8 in L 71 cm, W 4 cm, H 91 cm Dimensions without frame: L 23.6 in, W 1in, H 31.5in L 60cm, W 2.5cm, H 80cm. Whether they be luxurious bouquets, simple baskets, or elaborate garlands, floral compositions were often featured in Nordic compositions. With the symbolism infused in each type of flower, they welcomed thoughtful reflection about earthly life and offered a detailed celebration of the beauty offered in nature. The Dutch flower painters of the 17th and 18th centuries were specialists in the genre. During this period, where still life paintings flourished, flowers contributed to an exaltation of the style thanks to compositions painted from precise studies based on nature. The presentation of these flowers varied widely: incredibly dense bouquets, often arranged in elaborate vases or simple baskets, and almost always set in front of a dark background. The Dutch School of painting met with enormous success in France during the 19th century and its influence was felt in every genre: landscapes, still lifes and scenes from daily life.
Dos cuadros al óleo sobre lienzo de estilo de la Escuela Holandesa. Cada cuadro presenta un ramo de flores desbordante en un jarrón con adornos. Los marcos originales de madera dorada están decorados con abalorios y ranuras intercaladas con bandas anchas y diagonales, siglo XIX, escuela francesa, hacia 1860 Dimensiones con marco: L 28 in, W 1.6 in, H 35.8 in L 71 cm, W 4 cm, H 91 cm Dimensiones sin marco: L 23.6 in, W 1in, H 31.5in L 60cm, W 2.5cm, H 80cm Ya sean lujosos ramos, sencillos cestos o elaboradas guirnaldas, las composiciones florales aparecían a menudo en las composiciones nórdicas. Con el simbolismo infundido en cada tipo de flor, acogían la reflexión sobre la vida terrenal y ofrecían una celebración detallada de la belleza que ofrece la naturaleza. Los pintores de flores holandeses de los siglos XVII y XVIII eran especialistas en el género. Durante este periodo, en el que floreció la pintura de bodegones, las flores contribuyeron a una exaltación del estilo gracias a las composiciones pintadas a partir de estudios precisos basados en la naturaleza. La presentación de estas flores era muy variada: ramos increíblemente densos, a menudo dispuestos en elaborados jarrones o simples cestas, y casi siempre colocados delante de un fondo oscuro. La Escuela Holandesa tuvo un enorme éxito en Francia durante el siglo XIX y su influencia se dejó sentir en todos los géneros: paisajes, bodegones y escenas de la vida cotidiana.
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