A large antique hand thrown amphora from the mid-1800s used to store liquids (most commonly olive oil or wine). This striking piece originates from the southern Italian region of Puglia and is called a ‘trimmone’. The amphorae originally had a wood stopper wrapped in a piece of cloth to seal contents. The luminous ivory-coloured glaze on this amphora was common to local domestic pottery, especially with ceramics storing food, olive oil or wine. Called ‘robba bianca’ it represents the finest kind of ‘ceramica rustica’, and is produced with a pewter glaze and twice fired. Specific to the Grottaglie tradition of ceramics, this historical piece has a lot of character, with its unique form and magical patina. It also features a mustard 'drip' on one side - most likely from another pot in the kiln during the firing process, rendering it a one of a kind piece. This antique amphora has seen over 150 years of service to its family, and naturally shows some charming signs of age. This handmade example would make the perfect decorative centrepiece adding some farmhouse charm to any home or space, especially when pared with the matching pieces as seen in the images.
Gran ánfora antigua de mediados del siglo XIX utilizada para almacenar líquidos (normalmente aceite de oliva o vino). Esta llamativa pieza procede de la región meridional italiana de Apulia y se denomina "trimmone". Originalmente, las ánforas tenían un tapón de madera envuelto en un trozo de tela para sellar el contenido. El esmalte luminoso de color marfil de esta ánfora era habitual en la cerámica doméstica local, especialmente en las cerámicas que almacenaban alimentos, aceite de oliva o vino. Llamada "robba bianca", representa el tipo más fino de "ceramica rustica", y se produce con un vidriado de peltre y dos cocciones. Específica de la tradición cerámica de Grottaglie, esta pieza histórica tiene mucho carácter, con su forma única y su pátina mágica. También presenta un "goteo" de mostaza en uno de sus lados -probablemente de otra vasija en el horno durante el proceso de cocción-, lo que la convierte en una pieza única. Esta ánfora antigua ha estado al servicio de su familia durante más de 150 años y, naturalmente, muestra algunos encantadores signos de envejecimiento. Este ejemplar hecho a mano sería el centro de mesa decorativo perfecto para añadir un poco de encanto de granja a cualquier hogar o espacio, especialmente si se combina con las piezas a juego que se ven en las imágenes.
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