The Japanese philosophy of WABI-SABI regards flaws as part of perfection. The resulting aesthetic of the imperfect, forms the basis for the restoration technique KINTSUGI (jap. 金継ぎ 'golden joinery'), which has been used in Japan since the 15th century.
In the object series kizu (jap. きず 'flaw, scratch, scar') used and faulty objects are not only revived with Kintsugi, but also transformed into a new and unique object. The original is broken and reassembled; the flaw is not hidden, but highlighted and refined. It becomes that special thing that gives the new work a different character.
All of Eva Lenz-Collier's objects use the Kintsugi technique, and are either used for a long time or have cracks, tears or other flaws. Nevertheless, the objects are of masterly craftsmanship and are specially selected for processing.
In this multi-stage and long-lasting process the Japanese varnish Urushi is applied in several layers, dusted with either gold or silver pigments and then polished.
The Urushi is mixed with animal glue to join the shards, Japanese clay and Urushi are used for missing parts. The process takes several weeks, as the drying time of traditional Urushi is 24 hours minimum.
La filosofía japonesa del WABI-SABI considera los defectos como parte de la perfección. La estética resultante de lo imperfecto constituye la base de la técnica de restauración KINTSUGI (jap. 金継ぎ 'carpintería dorada'), que se utiliza en Japón desde el siglo XV.
En la serie de objetos kizu (jap. きず 'defecto, arañazo, cicatriz') los objetos usados y defectuosos no solo reviven con el Kintsugi, sino que se transforman en un objeto nuevo y único. El original se rompe y se vuelve a montar; el defecto no se oculta, sino que se resalta y se perfecciona. Se convierte en esa cosa especial que da a la nueva obra un carácter diferente.
Todos los objetos de Eva Lenz-Collier utilizan la técnica del Kintsugi, y o bien han sido utilizados durante mucho tiempo o tienen grietas, desgarros u otros defectos. No obstante, los objetos son de una manufactura magistral y están especialmente seleccionados para su elaboración.
En este proceso de varias etapas y larga duración se aplica el barniz japonés Urushi en varias capas, se espolvorea con pigmentos de oro o plata y se pule.
El Urushi se mezcla con cola animal para unir los fragmentos, y se utiliza arcilla japonesa y Urushi para las partes que faltan. El proceso dura varias semanas, ya que el tiempo de secado del Urushi tradicional es de 24 horas como mínimo.
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