If you’ve ever been to Japan, you’ve probably encountered the mysterious Daruma Dolls, a traditional Japanese talisman intended to help you actualize a goal in your life. These round, paper mache dolls are everywhere. Legless and armless, they also begin life eyeless - the eyes intentionally left unpainted so the owner can begin - and with focus complete, the ‘Daruma Process’. Daruma remind us there is too much in the world for our eyes to grasp. We walk around, essentially blind to everything except that which we focus upon - what we aim our eyes at. It’s a clever coping mechanism built into our DNA, so we’re not overwhelmed. However, it comes at a cost. In our lives, if we don’t aim for something, we cannot achieve it. Just as an archer who does not aim will likely miss their target. Too often, our goals remain blurry, unclear, unarticulated. Maybe we’re not disciplined enough to define them. Maybe we deliberately keep our goals obscure, so no one knows we’re failing to achieve them, or worse, to fool ourselves. When you are able to keep your goal in sharp, clear focus, you know exactly what to aim at. And life ceases to be something that simply ‘happens’ to you. In the new year, each of us in our family got a Daruma. We voiced our goals for the year ahead out loud, in front of each other. This helped our goals feel solid, real, and made them crystal clear. It was also useful to voice them aloud, so we would know when one of us was falling short, and could call that out. First we paint the left eye, with our clear goal in mind. Then we work towards that goal every day, with our Daruma placed somewhere it can act as a daily reminder - often it’s kept in an altar around the home. When our goal becomes a reality, we paint the right eye. I adore this incredibly simple process, and the everyday visual reminder the Daruma represents. To make our life work harder for us, let’s make our goals sharp and clear. Let’s aim single-mindedly at them. Together, let’s paint the first eye. Then focus on our goal daily, with the help of our Daruma. When we paint the second eye -just imagine who we have become. White stoneware sculpture H: 28 W: 20cm D: 20cm (approximately)
Si ha estado alguna vez en Japón, probablemente se haya topado con las misteriosas muñecas Daruma, un talismán tradicional japonés destinado a ayudarle a hacer realidad un objetivo en su vida. Estas muñecas redondas de papel maché están por todas partes. Sin piernas y sin brazos, también comienzan su vida sin ojos -los ojos se dejan intencionadamente sin pintar para que el propietario pueda comenzar- y con el enfoque completo, el "Proceso Daruma". Los Daruma nos recuerdan que hay demasiadas cosas en el mundo que nuestros ojos no pueden captar. Andamos por ahí, esencialmente ciegos a todo excepto a lo que enfocamos, a lo que apuntamos con nuestros ojos. Se trata de un inteligente mecanismo de supervivencia integrado en nuestro ADN, para no sentirnos abrumados. Sin embargo, tiene un coste. En nuestra vida, si no apuntamos a algo, no podemos conseguirlo. Al igual que un arquero que no apunta, probablemente perderá su objetivo. Con demasiada frecuencia, nuestros objetivos quedan borrosos, poco claros, sin articular. Tal vez no seamos lo suficientemente disciplinados para definirlos. Tal vez mantenemos deliberadamente nuestras metas en la oscuridad, para que nadie sepa que estamos fallando en su consecución, o peor aún, para engañarnos a nosotros mismos. Cuando eres capaz de mantener tu objetivo en un enfoque nítido y claro, sabes exactamente a qué aspirar. Y la vida deja de ser algo que simplemente "te pasa". En el nuevo año, cada uno de nosotros en nuestra familia recibió una Daruma. Expresamos nuestros objetivos para el año siguiente en voz alta, delante de los demás. Esto ayudó a que nuestros objetivos se sintieran sólidos, reales, y a que fueran muy claros. También fue útil expresarlos en voz alta, para saber cuándo uno de nosotros se quedaba corto y poder señalarlo. Primero pintamos el ojo izquierdo, con nuestro objetivo claro en mente. A continuación, trabajamos todos los días para alcanzar ese objetivo, y colocamos nuestro Daruma en algún lugar que nos sirva de recordatorio diario (a menudo se guarda en un altar de la casa). Cuando nuestro objetivo se hace realidad, pintamos el ojo derecho. Me encanta este proceso increíblemente sencillo, y el recordatorio visual diario que representa el Daruma. Para que nuestra vida trabaje más para nosotros, hagamos que nuestros objetivos sean nítidos y claros. Apuntemos a ellos con la mente puesta en ellos. Juntos, pintemos el primer ojo. Después, centrémonos en nuestro objetivo diariamente, con la ayuda de nuestro Daruma. Cuando pintemos el segundo ojo, imaginemos en qué nos hemos convertido. Escultura de gres blanco H: 28 W: 20cm D: 20cm (aproximadamente)
Contacta con nosotros
Haz una oferta
¡Hemos notado que eres nuevo en Pamono!
Por favor, acepta los Términos y condiciones y nuestra Política de privacidad
Contacta con nosotros
Haz una oferta
¡Ya casi está!
Para seguir la conversación en la plataforma, por favor completa el registro. Para proceder con tu oferta en la plataforma, por favor completa el registro.Exitoso
Gracias por tu consulta, alguien de nuestro equipo se pondrá en contacto contigo en breve.
Si eres profesional del diseño, por favor solicita aquí los beneficios del Programa comercial de Pamono