Oil on panel. On the back is a label from Galleria Marescalchi in Bologna with the title, date, technical data of the work and catalog number (cat. 91).Born in Viareggio, Alessandro Tofanelli first graduated from the Lucca art institute, then moved from 1977 to 1980 to Milan to attend the Brera Academy in Milan, collaborating during those years as an illustrator for several magazines published by Rizzoli and Mondadori. He immediately began to establish himself, winning national prizes; his pictorial works are exhibited in important Italian and foreign art galleries and are part of important private and public, national and international collections. Tofanelli's pictorial activity has always been combined with his work as a professional photographer and video documentarian. Numerous are in fact his video works broadcast by RAI networks, as well as his photographic services have been hosted in specialized publications. In all his artistic forms, Tofanelli expresses a strong connection with nature: Immersed in it, a friendly nature, he lives it, breathes it, makes it his own, interprets it by giving it a voice and paints it, transforming it into poetry and representing it in a world that seems imaginary, but is rather a world that was, a world unto itself, a reality bordering on a dream, a Eden in which life is simple and marked by the slow rhythm of daily gestures, and is identified in everyday objects in which the presence of Man can be perceived, telling its life and story without ever depicting it. The work is presented in a frame.
Óleo sobre tabla. En el reverso hay una etiqueta de la Galleria Marescalchi de Bolonia con el título, la fecha, los datos técnicos de la obra y el número de catálogo (cat. 91).Nacido en Viareggio, Alessandro Tofanelli se graduó primero en el instituto de arte de Lucca, y luego se trasladó de 1977 a 1980 a Milán para asistir a la Academia Brera de Milán, colaborando durante esos años como ilustrador para varias revistas publicadas por Rizzoli y Mondadori. Enseguida comenzó a consolidarse, ganando premios nacionales; sus obras pictóricas se exponen en importantes galerías de arte italianas y extranjeras y forman parte de importantes colecciones privadas y públicas, nacionales e internacionales. La actividad pictórica de Tofanelli siempre se ha combinado con su trabajo como fotógrafo profesional y documentalista de vídeo. De hecho, son numerosos sus trabajos de vídeo difundidos por las cadenas de la RAI, así como sus servicios fotográficos han sido acogidos en publicaciones especializadas. En todas sus formas artísticas, Tofanelli expresa una fuerte conexión con la naturaleza: Inmerso en ella, una naturaleza amable, la vive, la respira, la hace suya, la interpreta dándole voz y la pinta, transformándola en poesía y representándola en un mundo que parece imaginario, pero que es más bien un mundo que fue, un mundo en sí mismo, una realidad que roza el sueño, un edén en el que la vida es sencilla y está marcada por el ritmo lento de los gestos cotidianos, y se identifica en los objetos cotidianos en los que se percibe la presencia del Hombre, que cuenta su vida y su historia sin llegar a representarla. La obra se presenta en un marco.
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